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2022, el año (más) terrible de Twitter

23 diciembre 2022, By Arantxa Aguilera, Directora de B2B, Corporate & Digital en Canela

Elon Musk lo ha vuelto a hacer. Primero suspendió las cuentas de Twitter de varios periodistas por publicar información relativa a su avión privado. Después de que Naciones Unidas y la Unión Europea se mostrasen críticas con esta acción, Elon preguntó a sus seguidores en una encuesta qué debía hacer al respecto. En un alarde de magnanimidad pseudo-democrática, decidió hacer caso de los resultados de la encuesta y restauró las cuentas de los suspendidos. 

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Pero esto no acaba aquí. Hay una profunda preocupación por el daño que las decisiones del nuevo propietario de Twitter pueden causar a la libertad de expresión. Recordemos que no hace mucho decidió restaurar la cuenta suspendida de Donald Trump, aunque este luego decidiera no reincorporarse a la red del pajarito. Y este es solo uno de los bandazos que Musk ha dado. Cabe preguntarse, ¿a qué juega? Y es que, para Musk, Twitter es solo un juguete. Muy caro, pero juguete al fin y al cabo. 

Pocos podíamos imaginar a principios de este año que aquella red social tan diferente y atractiva iba a terminar 2022 de esta manera. Ha sido un “annus horribilis” para la red del pajarito. Por resumir este periplo en una frase twitteable (es decir, menos de 280 caracteres… por ahora) podríamos decir: 

«A Elon le gusta mucho Twitter. Twitter no hace lo que Elon quiere. Elon dice que se compra Twitter. Elon analiza los datos y se arrepiente. Elon ve que es tarde para ello. Elon la compra. Elon despide trabajadores. Elon bloquea periodistas. Elon desbloquea periodistas.»

Un poco de historia

Lo que realmente diferenciaba a Twitter de otras redes sociales era su autenticidad e inmediatez. Esto hizo que los políticos y los periodistas la adoptasen como medio y fuente de información muy rápidamente. La plataforma fundada por Jack Dorsey, Evan Williams, Noah Glass y Biz Stone en 2006 se convirtió en pocos años en el medio de comunicación más utilizado por los ciudadanos ante catástrofes, acontecimientos deportivos, escándalos y todo tipo de noticias. 

Los propios medios de comunicación abrazaron esta red como medio de contacto e interacción con sus audiencias. Las tendencias de Twitter se convirtieron en objeto de deseo y en la forma de medir el éxito de las estrategias de comunicación de las agencias de comunicación. Millones de usuarios twitteando sus emociones en mensajes de 140 caracteres (que luego pasaron a ser 280) mientras veían partidos de fútbol, series de televisión, elecciones, concursos televisivos o incluso las noticias en el telediario. 

Pronto dejó de ser un gueto para “entendidos” y frikis. Los usuarios se dieron cuenta de que era un canal de comunicación perfecto para dar a conocer sus quejas y odios al mundo. Agazapados en el anonimato que otorga un nick, se vieron capaces de decir a millones de personas (potencialmente) lo que no eran capaces de decirle a nadie a la cara. Y así se convirtió en la red de los haters. Aquel lugar a donde todos van a desahogarse, a emponzoñar y a calumniar sin piedad. 

No son pocos los famosos que han decidido cerrar sus cuentas de Twitter por sentirse incapaces de lidiar con tal avalancha de críticas, insultos y reproches. Incluso algunos han confesado haber necesitado ayuda psicológica para asimilar y digerir tanta malicia hacia sus personas. Y ahora son muchos más los que están cerrando sus cuentas por no estar de acuerdo con las decisiones de Musk. 

Yo confieso que soy una de esas usuarias enamoradas de Twitter desde el primer momento. Abrí mi cuenta en 2008 y lo utilizo casi a diario para informarme, investigar temas que me interesan y, por qué no decirlo, echarme unas risas. Acepto con deportividad no poder editar los tweets (aunque más de una vez habría pagado por ello).

Pero ahora parece que tendremos que empezar a buscar sustituto. Ya hemos hablado en Canela Insights de Mastodon, así que quizá haya que ir pensando en ir empaquetando todo para hacer una mudanza

Para terminar, he de reconocer que Elon me caía bien hasta que decidió cambiar las reglas del juego. Solo queda esperar que siga sus propias reglas del juego y realmente haga caso de la decisión que han tomado sus seguidores para que dimita como responsable de Twitter.¡Madura, Elon!

Canela

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Arantxa Aguilera, Directora de B2B, Corporate & Digital en Canela

Arantxa Aguilera es Directora de B2B, Corporate & Digital en Canela.
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